Detengámonos y releamos una frase especialmente emocionante o un adjetivo que provoque un chispazo en nuestra alma. Esto es lo que le pasa a un lector novel.
Y entonces, ¿que le queda al lector de segundo nivel? El lector de segundo nivel no sigue el camino marcado por el escritor, el lector de segundo nivel se pregunta por qué el camino pasa por donde pasa. El lector de segundo nivel quiere conocer cómo se ha escrito el texto. Quiere saber por qué el autor nos ha conducido tan brillantemente hasta hacernos estallar una emoción o cómo ha trabajado su discurso para que sus razones parezcan irrefutables. El lector de segundo nivel se pregunta por el cómo. Y con esta multitud de preguntas multiplica su capacidad de aprendizaje de la escritura. Ese tipo de lector se pone en los zapatos de quién escribe y deja, por decirlo de algún modo, el sofá del lector para saltar a la mesa del escritor. Este es el tipo de lectura que abre más puertas al secreto de la escritura. Una lectura consciente. El lector de segundo nivel muestra su voluntad de escribir, leyendo cómo el autor del texto leería lo escrito; con los porqués y los cómos en la punta de la lengua.
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